miércoles, 31 de octubre de 2012

EL ASESINATO COMO CAMINO A LA PAZ


EL ASESINATO COMO CAMINO A LA PAZ


¿Cómo se articulan los asesinatos de policías y soldados con la Mesa de diálogo en Cuba entre el Gobierno Santos y las FARC?


RAFAEL GUARÍN

El día de ayer la estructura criminal sexta de las FARC asesinó en el norte del departamento del Cauca a los patrulleros Javier Ciguapa, Juan Carlos Martínez, Franky Yohany, Juan David Ruiz y David García y el subintendentes Jinny Castaño. La acción terrorista se realizó mientras los policías se movilizaban por la carretera que comunica a Puerto Tejada con Padilla.


Se trataba de agentes que pertenecían a la Policía Seccional de Tránsito y Transporte. Como es tradicional, las FARC organizaron una emboscada y acudieron a un señuelo: un supuesto hecho criminal relacionado con un  bus de transporte público. Los agentes, prestos a cumplir con su deber y proteger a los ciudadanos, se trasladaban al lugar cuando fueron atacados.

Según el diario El Liberal de Popayán una fuente indicó que los guerrilleros: "Atacaron con explosivos y ráfagas de fusil". "Según las primeras versiones, el mortal ataque se registró cuando los agentes del orden fueron informados sobre el hurto de un automotor de transporte intermunicipal en la vía que comunica Padilla con Puerto Tejada.

En el hecho, los policiales perdieron la vida de manera instantánea, mientras otros dos resultaron heridos tras ser alcanzados por las ondas expansivas.


Una fuente de la Sijín de la Policía sostuvo que “posiblemente el comando guerrillero que ejecutó este mortal ataque sería el mismo que asesinaron a los dos agentes de la Sijín, el intendente Rafael Alquichides (comandante de la Sijín en Corinto) y el patrullero Jaime Alexis Isaza Gallego. De igual forma, habría participado en el asalto a un carro de valores en la vía que comunica Santander de Quilichao y Cali la semana pasado”"

¿Por qué se presentan este tipo de masacres, si las FARC se encuentran en un proceso de paz y si el gobierno Santos ha mostrado total compromiso en conseguir una negociación con la cual finalice la violencia desplegada por esa organización? 

La respuesta reside en que para las FARC la acción política y violenta son una sola, atentados y propaganda, bombas y movilizaciones de bases fariana, acciones terroristas y diálogo con el gobierno Santos, son dos caras de la misma moneda.

El grupo se ha planteado la negociación no como abandono de la violencia y dejación de las armas, sino como recurso en el cumplimiento de sus objetivos. El diálogo y la negociación les permitió romper el aislamiento político, elemento central de la Política de Seguridad Democrática, y los relegitimó como actor político nacional e internacionalmente. !No sólo eso! El proceso les ha servido para conseguir prerrogativas inimaginables, como que el gobierno Santos promoviera una reforma constitucional que da impunidad a los crímenes atroces no seleccionados para investigación penal, que son la mayoría, que se efectúen en el llamado conflicto armado interno.

Los avances que le ha proporcionado el proceso de paz a las FARC han sido gigantescos. La rentabilidad política y militar es enorme; en este último aspecto, porque todo lo ocurrido ha fortalecido la moral en sus filas, elemento esencial del cualquier grupo violento para mantener su cohesión y decisión de continuar su actividad. Todo a cambio de nada.

Pero sí las FARC se mueven en el plano político con excepcional habilidad, en el plano militar buscan fortalecer aún su legitimidad y ambición de beligerancia "peleando el cese bilateral de hostilidades", como lo dijera alias Mauricio Jaramillo. Una iniciativa que disfrazan con retórica humanitaria pero que busca convertir al país en una gigantesca zona de distensión, a partir de detener las operaciones militares y los operativos de policía en su contra. Nada más necesita FARC en este momento que un escenario de relegitimación política que en el ámbito militar se traduzca en un espacio para recuperarse, reorganizarse, reaprovisionarse y volver a estar en condiciones para prolongar la violencia indefinidamente, hasta conseguir su objetivo.

Así que los atentados, como el de Cauca, se van a seguir repitiendo. FARC apuesta a que el "cese bilateral de hostilidades" se consiga con movilización ciudadana a su favor, pero apalancada en el aumento de acciones violentas. Mejor dicho, Timochenko y Márquez saben, mejor que nadie, que para lograr ese objetivo se requiere escalar la violencia al tiempo que movilizar a la opinión pública en apoyo a su consigna. El calculo clásico del terrorismo. Finalmente, los camaradas son maestros en convertir consignas en instrumentos de agitación, movilización y organización. Es lo que quieren hacer con el "cese de hostilidades".


De ahí, el grave error del gobierno Santos de aceptar dialogar con un grupo que no ha tomado la decisión de abandonar la violencia. Repite el error fundamental de Betancur y Pastrana: pretender convencer a un aparato como el de FARC en la mesa de diálogo sobre la virtud de actuar en el marco de la Constitución.

Desgracidamente, es muy probable que el asesinato de policías y soldados aumente. No sólo por lo anterior, sino porque FARC va a querer devolver las estadísticas que el Ministro de Defensa presenta en número de terroristas muertos en combate, desmovilizados y capturados. La mesa en Cuba no está desconectada de la realidad de la confrontación militar. El Secretariado lo tiene claro y reclamará resultados a sus bloques y frentes.

El camino a la paz no es la movilización ciudadana a favor del "cese bilateral de hostilidades", que es lo que quieren las FARC. La ruta es la movilización activa contra el terrorismo, no para legitimarlo: un 4 de febrero que desborde las calles de Colombia y le envíe un mensaje de condena absoluta a las FARC por los asesinatos y atentados terroristas. 

No es con jornadas de aplausos en colegios, que manipulan groseramente a los niños y les venden la idea de que existen razones para que un grupo de individuos emplee la violencia en el país, todo bajo el manto narrativo del "conflicto". !No, no es así! Es creando una ciudadanía con valores democráticos que se reflejen en una actitud de intolerancia con el crimen y la violencia, que no acepte el delito como medio de acción política y que no esté dispuesta nunca a someterse a quienes con atrocidades quieren hacer de Colombia a su imagen y semejanza. 

El camino a la paz para las FARC se basa en la violencia. Lo han dicho y repetido un millón de veces. Pero hay quienes no quieren creerles.

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