Debe ser duro para el Presidente Uribe darse cuenta del talante de algunos de sus ex funcionarios de gobierno. Burócratas disfrazados de servidores públicos que solo buscaron espacios y recomendaciones de los mejores amigos, también infiltrados en el gobierno de la Seguridad Democrática, para ganar altos cargos en el ejecutivo y beneficiarse de los logros de quien aceptó sus postulaciones y ofrecimiento de colaborar con un gobierno comprometido con Colombia partiendo de la buena fe.



Es increíble que teniendo a dos infiltrados en el Ministerio más importante de sus dos administraciones, Uribe haya logrado avanzar tanto en seguridad y haya conseguido atraer la inversión extranjera al país; una muestra más que evidencia quién realmente ejerció como Ministro de Defensa durante ocho años. Logro imaginarme qué hubiera pasado si Uribe hubiera contado con el apoyo de personas probas, dignas, leales y amigas en ese ministerio.

Pero no, al contrario, tuvo a dos ministros que aparentaron ser los más duros contra el terrorismo y los más radicales de la defensa de la seguridad de los colombianos. Son esos mismos que hoy se unen para legitimar terroristas, para tapar la realidad del país con ayuda de la prensa oficialista, que valga decirlo, en lugar de informar en primera página sobre los ataques y emboscadas perpetuados por las FARC en el país, cede el espacio para comentar sobre reinados de belleza.

Dos ministros que apoyaron en el momento protagónico de sus carreras en la vida pública, el acuerdo de cooperación militar con los Estados Unidos pero que luego siendo uno Presidente y el otro Embajador ante la Casa Blanca lo dejaron en el olvido. No hay duda del cálculo político de estos personajes. Seguramente, haber sacado el acuerdo exitosamente habría entorpecido el ánimo de claudicar ante terroristas.
Necesitaban algo que llamara la atención, que lograra crear rechazo contra Uribe y lograra subir la popularidad de Santos, la excusa perfecta para cambiar la política de Seguridad Democrática que tanto despliegue le dio a la labor del ex mandatario y que sería difícil que Santos la liderara. Llegaba la hora de jugar a la paz pues con ella vendría la vitrina internacional que necesitaban para quizás esperar la nominación a un premio Nóbel.

Mintió Silva Luján en su columna y el Ex Viceministro de Defensa de Santos, Rafael Guarín, lo pone en evidencia. Guarín desmiente cada una de las líneas de Silva con cifras sustentadas y argumentos en su columna publicada en la Revista Semana “La retórica de la paz por encima de la verdad? La cual recomiendo leer en este link: http://www.semana.com/opinion/retorica-paz-encima-verdad/188044-3.aspx

Pero a Silva le pareció que se quedó corto escribiendo sus trolas y decidió despacharse en los micrófonos capitalinos con más improperios contra Uribe. En realidad es difícil saber si Silva estaba en sano juicio cuando se atrevió a decir que Uribe lo había regañado por haberle presentado operaciones de inteligencia para verificar que Venezuela no fuera a invadir a Colombia; o que Uribe había frenado la operación de captura contra Iván Márquez. Por favor, Hasta los más acérrimos opositores de Uribe serían incapaces de atreverse a decir semejantes sandeces.


Pero hay más, llamó a Uribe intimidador de la opinión pública, “monárquico que siempre desata a su jauría de twitteros fanáticos, muchos de ellos a sueldo” cuando no se está de acuerdo con él. Lo difícil de entender es cómo un hombre que posa de adalid de la moral se atrevió a pedirle el puesto de Ministro de Defensa a un “monarca” a través de Santos, y segundo, le pregunto a Silva ¿cuál es la lista de twitteros pagados a sueldo? ¿Dejará a un lado su cobardía y será capaz de señalarlos?

Finalmente, este bochornoso episodio que protagonizó el exministro lo dejó en evidencia para que los entes de control del Estado investiguen el conflicto de intereses de Silva Luján como Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia al asegurar que su familia tiene una firma relacionada con negocios del café en los Estados Unidos desde hace muchos años.

Una ñapa: Una “jauría de twitteros” convoca al cacerolazo pa’ Santos el 5 de diciembre a las 7:00 pm en las principales plazas del país. Twitteros inconformes, ciudadanos de varios colores políticos se han unido para reclamar por el deterioro de la seguridad, por el Estado derrochón, burócrata y populista. No se quede callado, pase la voz y compre su cacerola