Si la señora Vivianne Morales, Fiscal General de la Nación, se hubiera vuelto a casar con un individuo común y corriente, no se hubiera desatado polémica alguna y, sin lugar a dudas, su matrimonio hubiera pasado a ser un evento más de su vida privada.
Sin embargo, como las cosas no fueron así y como la señora Morales no es una figura pública cualquiera, sino alguien que por efecto de su cargo debe ser paradigma de ética y de moral, y como el que escogió para ser nuevamente su marido, no es cualquier marido, sino un exguerrillero del M-19 (Movimiento 19 de Abril), un individuo que tuvo nexos con el Eln (Ejército de Liberación Nacional), que fue asesor de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia), que tuvo vínculos con los narcotraficantes Rodríguez Orejuela, que estuvo condenado por el delito de falsa denuncia y, de quien hoy se sospecha ha podido influir, entre otros, en el proceso que se les sigue a los primos Nule y a los hermanos Moreno, por el llamado "Carrusel de las Contrataciones", se generó una gran controversia que, inclusive, ya repercutió internacionalmente.
Y no estamos aquí ante un problema de intromisión indebida en la vida privada, como lo ha querido hacer ver la señora Fiscal, como tampoco, ante un problema de género, como alega el señor Lucio.
No, la señora Vivianne Morales fue quien libremente en una entrevista confirmó el rumor que había sobre su convivencia con el señor Carlos Alonso Lucio, su exmarido, de quien estuvo separada mientras fue nombrada Fiscal General, asunto que hoy, con toda y sobrada razón, se presta para muchas suspicacias.
Además, ella sabe de sobra que si bien es cierto que tiene derecho como cualquier ciudadano a que su intimidad sea respetada, también sabe que las personas públicas con grandes responsabilidades tienen ese derecho disminuido, porque prima el derecho a la información, porque los ciudadanos tenemos derecho a conocer sobre quienes ejercen funciones públicas.
Ahora bien, en cuanto a si este es un problema de género, hay que decir que no.
Si el cargo estuviera siendo desempeñado por un hombre que resolviera casarse, por ejemplo, con la "Reina de la Coca" o con alias "Sonia", la polémica muy seguramente hubiera sido la misma.
La cuestión que es verdaderamente importante aquí es que si la Fiscalía General es el primer frente de investigación y lucha contra el delito, a su cabeza tiene que estar una persona intachable desde todo punto de vista y en cuyo entorno no quepa la más mínima posibilidad de que se generen influencias de ninguna naturaleza.
Nada puede poner en duda su credibilidad y su equilibrio.
El Fiscal General de la Nación tiene que ser un individuo libre, con una gran solvencia moral, coherente entre lo que es, lo que cree y lo que hace, tanto en su vida institucional como personal.
Por lo tanto, las dudas razonables que hay sobre la mala influencia que puede estar ejerciendo el señor Carlos Alonso Lucio en las decisiones que se están tomando en la Fiscalía, son de extrema gravedad y deben ser resueltas cuanto antes.
De lo contrario, caerá un manto de duda sobre todas las acciones que emprenda esa entidad.


LOS AMIGOS DE LUCIO Y LA FISCAL
LOS AMIGOS DE LA FISCAL Y SU MARIDO SON
EL M-19
NARCOTRAFICO

LAS FARC
EL ELN


Definitivamente, dime con quién andas…
Y TE DIRÉ QUIEN ERES..


POR CUAL OJO ESTAS VIENDO TU MI ESTIMADO AMIGO LA POSICIÓN DE LA FISCAL Y SU ESPOSO..