Dos reflexiones: cualquier precio de la droga legalizada, por bajo que sea, estimula la destrucción de reservas ambientales como la selva amazónica para sembrar drogas; y, más importante que lo que se piense en el mundo industrializado es la orientación de nuestras familias.
Álvaro Uribe Vélez *
El Colombiano | Publicado el 14 de diciembre de 2011
Doscientos mil ciudadanos del Planeta mueren al año por problemas derivados de adicción a las drogas ilícitas. La legalización puede relajar controles sociales, estimular el uso ocasional de drogas que conduce, de modo casi imperceptible, a la adicción y, por ende, al aumento de víctimas.
Estudios de criminalidad muestran que casi el ciento por ciento de los sicarios actúan bajo el efecto de las drogas o combinadas con el alcohol. Legalizar puede llevar a un número astronómico de adictos, que supere la capacidad estatal de proveer por la cura médica u hospitalaria, y, además, a un aumento insospechable de delitos cometidos por ellos a causa de su estado de alienación drogadicta.
Para el tratamiento médico del adicto y su separación del narcotráfico que le suministra no se requiere legalizar, basta con una decisión legislativa que dé el margen necesario a la apreciación del médico.
Algunos economistas estiman que para financiar con impuestos el costo de atención a adictos, dado su incremento a partir de legalizar, se requerirían unas tarifas tan altas que llevarían a un creciente mercado negro dominado por el crimen.
Con la "legalización" de la dosis personal se creó un marco de impunidad para la distribución y a lo que es un negocio criminal de exportación se ha sumado el narcomenudeo o microtráfico doméstico, que aumenta el consumo en países como el nuestro y sustenta delitos diversos como extorsión, secuestro, etc.
Es menos difícil rehabilitar 33 millones de adictos y precaver que crezca el número de 220 millones de consumidores que evitar el riesgo de contagio a 7 mil millones de habitantes del Planeta, que aumentaría con la legalización. Es menos difícil erradicar 1.5 millones de hectáreas de drogas y aplicar políticas de decomiso y sanción a las drogas sintéticas que proteger del riesgo de afectación a 148 millones de kilómetros cuadrados de superficie del Planeta, que se derivaría de la legalización.
En parodia del evangelista diríamos: si vacila la dirección que señala el gobierno, nuestros soldados, policías, fiscales y jueces sentirían dudas para seguir en el campo de batalla.
Un joven universitario me preguntó por qué alcohol sí y marihuana no. Guardé silencio, no tuve toda la argumentación para responder y en su defecto le pregunté si estaría listo en 20 años para contestar por qué marihuana sí y cocaína no.
Dos reflexiones: cualquier precio de la droga legalizada, por bajo que sea, estimula la destrucción de reservas ambientales como la selva amazónica para sembrar drogas; y, más importante que lo que se piense en el mundo industrializado es la orientación de nuestras familias.
Demos a los jóvenes educación pertinente y posibilidades tempranas de emprendimiento y percepción de ingresos lícitos, pero no legalización.
El Acto Constitucional de 2009 espera reglamentación, propone tratamiento médico al consumidor, que puede llevar sanciones administrativas como multas, políticas de prevención a la comunidad y cárcel al distribuidor. Sigue en el olvido.
* ExPresidente de la República.
Estudios de criminalidad muestran que casi el ciento por ciento de los sicarios actúan bajo el efecto de las drogas o combinadas con el alcohol. Legalizar puede llevar a un número astronómico de adictos, que supere la capacidad estatal de proveer por la cura médica u hospitalaria, y, además, a un aumento insospechable de delitos cometidos por ellos a causa de su estado de alienación drogadicta.
Para el tratamiento médico del adicto y su separación del narcotráfico que le suministra no se requiere legalizar, basta con una decisión legislativa que dé el margen necesario a la apreciación del médico.
Algunos economistas estiman que para financiar con impuestos el costo de atención a adictos, dado su incremento a partir de legalizar, se requerirían unas tarifas tan altas que llevarían a un creciente mercado negro dominado por el crimen.
Con la "legalización" de la dosis personal se creó un marco de impunidad para la distribución y a lo que es un negocio criminal de exportación se ha sumado el narcomenudeo o microtráfico doméstico, que aumenta el consumo en países como el nuestro y sustenta delitos diversos como extorsión, secuestro, etc.
Es menos difícil rehabilitar 33 millones de adictos y precaver que crezca el número de 220 millones de consumidores que evitar el riesgo de contagio a 7 mil millones de habitantes del Planeta, que aumentaría con la legalización. Es menos difícil erradicar 1.5 millones de hectáreas de drogas y aplicar políticas de decomiso y sanción a las drogas sintéticas que proteger del riesgo de afectación a 148 millones de kilómetros cuadrados de superficie del Planeta, que se derivaría de la legalización.
En parodia del evangelista diríamos: si vacila la dirección que señala el gobierno, nuestros soldados, policías, fiscales y jueces sentirían dudas para seguir en el campo de batalla.
Un joven universitario me preguntó por qué alcohol sí y marihuana no. Guardé silencio, no tuve toda la argumentación para responder y en su defecto le pregunté si estaría listo en 20 años para contestar por qué marihuana sí y cocaína no.
Dos reflexiones: cualquier precio de la droga legalizada, por bajo que sea, estimula la destrucción de reservas ambientales como la selva amazónica para sembrar drogas; y, más importante que lo que se piense en el mundo industrializado es la orientación de nuestras familias.
Demos a los jóvenes educación pertinente y posibilidades tempranas de emprendimiento y percepción de ingresos lícitos, pero no legalización.
El Acto Constitucional de 2009 espera reglamentación, propone tratamiento médico al consumidor, que puede llevar sanciones administrativas como multas, políticas de prevención a la comunidad y cárcel al distribuidor. Sigue en el olvido.
* ExPresidente de la República.
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