lunes, 12 de diciembre de 2011

Santos, el Presidente perezoso.

Santos, el Presidente perezoso.
Escrito por Oscar Morales Guevara


En Colombia se volvió costumbre que el Presidente de Colombia Juan Manuel Santos, ante cualquier desafío que se le presente y que demande su atención exclusiva,  opte siempre por el camino más fácil y menos pedregoso.


La actual revuelta estudiantil que hoy tiene en jaque a las universidades públicas del país, iniciada a raíz de la presentación  de la Reforma a la Educación Superior ante el Congreso, la cual pretendía modernizar la obsoleta Ley 30 de 1992, fue despachada en un menos de minuto por el Presidente Santos con un rápido anuncio de que tal reforma se retirará del Congreso. Santos no quiso dialogar con los estudiantes. Evito enfrentarse a la masa. Tanto la reforma como un posible fin de las marchas y las revueltas quedaron en el limbo. Humillada quedó nuestra ministra de Educación, María Fernanda Campo, y en la basura quedaron cientos de horas de trabajo de funcionarios honestos y capaces del Ministerio de Educación. Qué vergüenza con ellos.

No mucho tiempo atrás, en Septiembre de 2010, Colombia enfrentaba un durísimo problema con Venezuela, que sobrevive hasta el día de hoy. Dos de los miembros del secretariado de las FARC, alias “Timochenko” y alias “Iván Márquez”,  se encontraban refugiados en territorio venezolano. El gobierno Colombiano poseía desde entonces las coordenadas y toda la información sobre sus movimientos. El Presidente Santos optó por echarle tierra al “problemita”, y anunció que entre Venezuela y Colombia no se volvería a hablar públicamente de las FARC, y que una comisión bilateral sería nombrada para encargarse la situación. Evidentemente, el camino más fácil. No necesariamente el más conveniente para el país.

Sucede que tras el abatimiento en combate por parte de nuestra Fuerzas Militares y de Policía del máximo líder de las FARC, alias “Cano”, el pasado 4 de Noviembre, “Timochenko” es anunciado oficialmente como el nuevo comandante de una organización calificada como terrorista a nivel global, y Venezuela lo hospeda y lo protege, como quedó confirmado en los documentos que fueron encontrados en los computadores del abatido ex canciller de las FARC, alias “Raul Rayes”.

Dichos documentos ya son de dominio público, y pueden ser consultados en la página web del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos de Londres. Relatan, con gran detalle, acerca de la colaboración rampante y abierta que existe entre el actual  Jefe del Estado Venezolano, Hugo Chávez, y las FARC. Es una “papa caliente”, como muy bien lo señala una reciente editorial del periódico EL TIEMPO. Nuestro Presidente, sin embargo, ha optado por tapar el problema, y ocultar ante los colombianos el real estado de presencia de las FARC en la hermana república de Venezuela. El presidente perezoso se ha ahorrado darle explicaciones al país.

En Colombia también se volvieron frecuentes los cinematográficos episodios de “Deliro de grandeza” de nuestro afamado Vicepresidente de la Republica, Angelino Garzón. Cada vez que tiene la oportunidad, Angelino pone en aprietos, no solo al Presidente Santos al contradecirlo públicamente en sus ideas, sino al país, cuando se da el “gustico” de viajar a Cuba, de manera repentina y sin avisar, a visitar a su amigo Fidel Castro – quien para el mundo representa la más abominable dictadura de América. ¿Exactamente qué fue a hacer a Cuba nuestro Vicepresidente Angelino? No lo sabemos, es un misterio. Cada pataleta de Garzón es atendida por el Presidente Santos con desidia, sin determinación, permitiendo la existencia de  una rueda suelta dentro del gobierno. Pataletas, que por cierto, afectan gravemente nuestra política de Relaciones Exteriores y el trabajo de la Cancillería Colombiana. Y una vez más, el presidente perezoso se ahorra las explicaciones al país.

De Santos, honestamente,  yo esperaba mucho más. Y confieso que voté por él. Su caja de resonancia en el periódico EL TIEMPO, apoyada por toda una red de  columnistas y periodistas “mamertos”, decidieron algún día vendernos la historia que Juan Manuel Santos era un jugador de póker, aparentemente muy bueno, y que por eso había acumulado muchas virtudes para la estrategia y para la toma de decisiones, supuestamente superior a los de la inmensa mayoría.

Que a mí me perdonen, pero yo he conocido personalmente casos de irresponsables padres de familia que en un juego de póker perdieron su casa y todas sus propiedades. Y también fui testigo de cómo la contraparte ganadora salía del recinto con sonrisa airosa y sin inmutación alguna, conocedor que con su juego acababa de arruinar la vida de toda una familia. El póker es un juego ruin, traicionero, donde ni la ética ni el respeto existen.  Es un juego de patanes. Aun así, el presidente de los colombianos se vanagloria de sus éxitos en este juego. Solo me pregunto, ¿A cuántos habrá arruinado durante toda su experiencia como jugador?

Como lo decía, esperaba mucho más de nuestro señor Presidente Santos. El Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos se firmó, pero eso solo sirvió para fotos de planas de periódico y titulares de prensa. Para nada más. Fue por lo menos la visión que obtuvimos por parte de la Presidencia de la Republica. No hubo, por ejemplo, una alocución presidencial donde el Jefe  de Estado le explicara al país el alcance y las consecuencias del tratado, que por cierto, es una información desconocida para la gran mayoría de colombianos.

Tampoco supimos que es lo que le espera al país con los distintos tratados firmados con México, Canadá, y la Unión Europea, ni está muy claro cuáles y en donde serán las obras que tendremos que construir en el término de 2 años, si es que de verdad queremos estar a la altura, y  “sacarle el jugo a los trataditos”, como diría el ex Presidente Álvaro Uribe. Pero nada de esto esta sucediendo. Bastaron unas fotos, y los agradecimientos respectivos a todos los funcionarios involucrados en las aprobaciones de los distintos tratados, y mientras tanto la infraestructura de carreteras del país colapsa por cuenta del devastador invierno, ante la desidia del Gobierno Nacional. No se ha escuchado tampoco sobre proyectos de nuevas vías de gran envergadura, que nos pongan a la vanguardia del mundo.

Un ejemplo claro de esta situación es la construcción del Túnel del Alto de la Línea, que supuestamente mejorará la movilidad entre los Departamentos de Tolima y Quindío. Las obras en el túnel piloto, de solo 8,6 km de longitud, siguen sin mostrar resultados a pesar de que su construcción lleva más de 5 años. Al paso que vamos con el invierno, para cuando terminen el túnel ya no haba carretera que transite por él, pues ésta se habrá caído del todo para entonces. El derrumbe de  un pedazo de calzada de la carretera Cajamarca-Ibagué a la altura del km 29 en el Tolima, ocurrido el pasado 21 de noviembre, obligó al cierre total de la vía, y dejó parcialmente incomunicado el centro del país con el Eje Cafetero y el Occidente Colombiano. Sucede que al final de cuentas, esta vía resultó ser la principal arteria del país. 30.000 toneladas de alimentos permanecen aún represadas y corren el riesgo de podrirse en la mitad de la carretera. Miles de familias verán afectadas sus economías de forma negativa, de manera inmediata. Los alimentos encarecerán, habrá escases de productos,  y las exportaciones a través del puerto de Buenaventura corren el riesgo de frenarse.  Aceptémoslo. El país no está, ni de lejos, preparado para ninguno de los TLC’s que hemos firmado.

Y mientras todo esto sucede, el Presidente se fue de paseo a Londres, donde está buscando lo que no se le ha perdido, poniendo en riesgo nuestras relaciones comerciales con Europa y los Estados Unidos, emitiendo opiniones a favor de la legalización mundial de la droga.  Lo que asusta en Colombia no es la ausencia del Presidente justo en el momento en que el país más lo demanda. Lo que verdaderamente aterra es la alcahuetería, autismo y cinismo de los medios de comunicación, al no contarle claro las cosas al país, y al negarse a analizar la situación actual como lo que es, una tragedia, una que el país no había visto en décadas.

Cuánta razón tenía Andrés López, nuestro aclamado humorista colombiano, quien en su obra teatral “Pelota de letras” nos enseñó el significado de la expresión popular “Deje así”. Para los que no tuvieron la oportunidad de ver dicha comedia, al Presidente perezoso le sobran ejemplos.

Que “Timochenko” está en Venezuela, deje así. Que la Corte Suprema de Justicia  se le encaramó a la reforma a la Justicia y resucitó el Consejo Superior de la Judicatura, un esperpento moribundo e ineficiente que ya los colombianos dábamos por muerto, deje así. Que el Presidente Rafael Correa del Ecuador vino al país e insulto en su casa al ex Presidente Álvaro Uribe, lo pisoteó y barrió con su dignidad, deje así.

Que falta de pantalones tenemos los colombianos. Es el único país del mundo, aparte de Venezuela y de otros donde hay dictaduras, donde  permitimos que cualquier gato insulte a nuestros presidentes y ex presidentes. Correa se suma al grupo al que ya pertenecen Hugo Chávez de Venezuela, Evo Morales de Bolivia, y Daniel Ortega de Nicaragua. Pareciera que insultar a los presidentes Colombianos es el pasatiempo favorito de los demás presidentes latinoamericanos.

Ya es momento que los colombianos despierten, y le exijamos resultados claros y concretos a nuestro presidente. En el día de ayer 22 de Noviembre, desde Londres, Santos compartió la que se considera su primera opinión acerca de una posible candidatura para su reelección en el 2014. Dijo que no se va a lanzar. Pero ya los colombianos conocemos el juego. Hoy me lanzo, mañana no me lanzo, de pronto si, de pronto no.

Señor Presidente Santos. Antes de pensar en reelecciones, queremos ver obras concretas ya. Queremos ver por ejemplo, que la situación de emergencia sanitaria en la ciudad de Manizales sea inmediatamente atendida por el Ejecutivo. Y queremos que se castiguen ejemplarmente a los responsables de esta calamidad, sean quienes sean. Queremos también ver a un presidente que se apersone de la crítica situación en la que se encuentran nuestros héroes de la patria. El Coronel Alfonso Plazas Vega es el caso más representativo de esta injusticia.

Plazas Vega, condenado a 30 años de prisión por una supuesta y nunca probada desaparición forzada y tortura de víctimas durante los hechos de la Toma del Palacio de Justicia en el año de 1985, sigue encarcelado a pesar que la única prueba existente en su contra fue desbaratada ante toda la opinión pública colombiana. El caso de las falsas víctimas de la masacre de Mapiripán, estafa orquestada por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, CAJAR – brazo jurídico de las FARC, aún no se termina de esclarecer, y las explicaciones de usted como Presidente no satisfacen al país. No ha habido, por ejemplo, un castigo ejemplar para este colectivo de estafadores y ladrones, ni una medida suya al respecto.

Queremos ver a un presidente que trabaje, que se le vea el entusiasmo por la patria. Que se le note, si quiera un poquito, que los dolores del país le importan, y que le queda algo de vergüenza.  Los colombianos estamos cansados  de sus ingenuos y sonsos anuncios presidenciales de que todo va a estar bien, que todo se va arreglar. Colombia exige hoy de su Presidente determinación, coraje, sensibilidad, y patriotismo. Todas cualidades que en usted no encontramos.

Señor presidente Santos, ¿Me permite un consejo? No se lance a la reelección. Deséchelo. Evítese el que puede ser el mayor ridículo de su vida.  Crece cada día el número de colombianos que nos decepcionamos más y más de usted, y sentimos que nos metieron “conejo” cuando lo investimos Presidente de Colombia el pasado 8 de agosto de 2010.  De prosperar el runrún de la reelección, y si usted llegara eventualmente a lanzarse, los Colombianos le diríamos en las urnas “No, gracias, deje así”.


Oscar Morales Guevara
Fundación Un Millón de Voces
23-11-2011

1 comentario:

  1. yo no se para que nos quejamos, o queremos ver todo tan claro si dicen que el presidente de colombia no tiene pantalones para tomar decisiones los colombianos tampoco los tenemos porque deberiamos de ponernos de acuerdo y cambiar al presidente ahora, para que esperar todo este tiempo que termine tumbando toda la seguridad que genero uribe, tanto q se gasto de trabajando trabajando y trabajando, para dejar de sucesor a semejante flojazo y aparte que ni para dar un discurso sirve, colombia desde la epoca de belisario betancourt ha sido un circo. el unico que ha hecho un algo no mucho porque lamentablemente todo lo que se hizo a espaldas de el de corrupcion y eso es uribe. pero se noto la seguridad en las carreteras, las payasadas de santos pagando a los guerrilleros para dar su puntadas.. en fin.. lo que deberiamos de hacer es cambiar de presidente ya lo mismo al otro payaso de vicepresidente.... esos no sirvieron para nada....

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