jueves, 26 de mayo de 2011

Hay que desuribizar al uribismo

26 DE MAYO DE 2011

Hay que desuribizar al URIBISMO

Atrabilioso
Por Noel Carrascal

Al uribismo hay que desuribizarlo, quien lo pueda desuribizar, recibirá una gran responsabilidad por ser un desuribizador exitoso.

Las nuevas realidades requieren que el uribismo evolucione para que las buenas políticas de gobierno, apoyadas en resultados concretos, no solo se mantengan, sino que conduzcan a que Colombia llegue a un nivel de desarrollo económico y social que desafíe las proyecciones. Colombia venía en esta trayectoria hasta que el mandato del pueblo, y su voto de confianza, fueron despreciados por Juan Manuel Santos en contravía con los deseos de las mayorías.

Para que el país siga en la dirección uribista, es necesario no depender solo de Uribe ni de su apellido. No hacer esto sería como poner todos los huevos en una misma canasta, o en la canasta de un solo político, error que no se puede volver a cometer. De paso, sugiero que tres huevos no son suficientes ni suficientemente específicos para definir lo que se esperaría de quien reciba la batuta de esta vertiente con miras a la elecciones presidenciales. En este artículo, continuaré haciendo referencia a lo que hoy se entiende por uribismo aunque proponga su desuribización.

Separar el nombre de Uribe de lo que representa el uribismo también puede beneficiar al ex presidente distrayendo la persecución judicial y mediática de la que es víctima. Los estamentos judiciales parecen estar haciendo un cerco judicial a Uribe ante las medidas de aseguramiento a ex colaboradores como María del Pilar Hurtado y los ex funcionarios del Ministerio de agricultura a cargo de Agro Ingreso Seguro. La justicia está intimidando a funcionarios menores. Vista la coerción de testigos altamente dudosos como en el caso de coronel Plazas Vega, no se puede descartar que ante la presión de una injusticia estos incriminados sin pruebas terminen siendo testigos contra Uribe o su ex ministro Arias. Antes de que el uribismo sea desprestigiado irreparablemente, hay que blindar esta filosofía de gobierno disociándola de su caudillo inspirador.

Para perpetuar la filosofía uribista bajo un partido más establecido que no se relacione con su nombre, hay que depurar el uribismo de representantes politiqueros y oportunistas que se benefician de la popularidad de Uribe, y comenzar una búsqueda temprana de un representante confiable que asuma la difícil tarea de relevar al ex mandatario con o sin la aprobación de este. La realidad es que Uribe no puede arriesgarse a seguir avalando políticos con quienes tiene poco en común, Peñalosa pertenece a un Partido Verde poco afín a Uribe o a quienes aparentaban tenerlo todo en común y le han dado la espalda. Santos resultó ser más fiel al partido Liberal que al de la U, por esto la búsqueda debe hacerse entre los que suscriben sus políticas.

La búsqueda de relevos a Uribe no siguiere que Uribe desaparezca del marco político colombiano, solo que su rol empiece a ser delegado a otra persona. Se debe encontrar una persona intelectualmente capaz, confiable y que hoy por hoy probablemente ni espere relevar a Uribe en su liderazgo o lanzarse a la política. La aparente inexperiencia no sería una desventaja en un país en el que los años de experiencia de políticos solo sirven para traicionar electorados y practicar el tráfico de influencias y, en ciertos casos, la corrupción. Años de labor en el sector público y la política traen compromisos burocráticos, deberes políticos, lealtades partidistas y muy probablemente corrupción moral y real. Personas con este tipo de experiencia son proclives a prometer a los uribistas lo que quieren oír en campaña y dejar de lado esas promesas una vez en el poder.

Con todo el respeto y admiración que me inspira el ex presidente Álvaro Uribe, con sinceridad y de corazón, le pido no sólo que le dé la mano a quienes quieren relevarlo sino que él mismo empiece la desuribización de las buenas políticas que se asocian con él. En Colombia, Uribe en lo político es como García Márquez en lo literario. Los dos son gigantes en sus aéreas que proyectan sombras largas y espesas para quienes quieren salir de ellas y relevarlos. En literatura no hay mucho que García Márquez pueda hacer por otros escritores criollos; en política, Uribe puede abrir mucho paso dejando poco a poco el protagonismo de lado. En este medio hemos criticado a Uribe por sus relativos silencios y aparente desinterés de hacerle fuerte oposición al supuesto sucesor de sus políticas, Santos. Es imperativo que Uribe siga defendiendo los principios por los que muchos lo admiran, pero también que emerja una nueva personalidad con principios similares y en la que se pueda confiar.

De paso, propongo enfáticamente que dejemos de lado cualquier mecanismo que permita la aspiración de Uribe a un tercer mandato en 2014. El uribismo recibió un gran desgaste, y el país una gran incertidumbre, cuando este busco una segunda reelección. Durane la búsqueda del tercer mandato, la oposición al uribismo sólo arremetió con más mañas, fuerza y suciedad. Esto es mejor evitarlo pues, de paso sea dicho, Uribe no es inmortal.

Para que alguien sin experiencia política pueda volver a poner a Colombia en el rumbo que venía con Uribe, estas son algunas de las políticas especificas que propongo para poder identificar al sucesor del uribismo:
  1. La diplomacia es imprescindible, pero debe dar paso a la paz estable que trae la fuerza pública contra terroristas intransigentes como las FARC , ELN, Bacrims y paramilitares. La diplomacia debe ser solo usada con gobiernos establecidos sin caer en el juego de las amistades aparentes como la de Chávez-Santos. La diplomacia no se debe interponer en el respeto al orgullo de la nación y su pueblo como cuando, por ejemplo, un mandatario como Chávez y Correa nos insultan e intimidan con conatos de guerras, asilo a terroristas y bases iraníes, al mismo tiempo que se oponen a nuestro derecho soberano de permitir bases estadounidenses en defensa de nuestros intereses.
  2. La confianza inversionista también depende de un manejo fiscal responsable. La clase política tiende a no tener freno con múltiples proyectos de ley que solos no pondrían al país en deuda, pero que sumados nos pueden llevar a crisis como las de España y Grecia donde el socialismo tiene a esos países, irónicamente, en una difícil situación social.
  3. Reglas de juego claras y justas en lo legal, económico, democrático y social.
  4. Un presidente es la cabeza máxima de uno de los tres poderes y no debe tener miedo de choque de trenes cuando los intereses del país estén de por medio. En este sentido, una reforma unilateral e integral de la Justicia es imprescindible. Cualquier posible saboteo de las cortes a estas reformas debe ser confrontado energéticamente por el Ejecutivo y pacíficamente con demostraciones populares frente a las cortes. Éstas deben sentir esta presión y no sentirse impunes ante el prevaricato, el desacato constitucional, y la intimidación con procesos legales a políticos que buscan reformarla. Los jueces también pueden ir a la cárcel pues no están por encima de la ley.
  5. Respeto y apoyo incondicional a las Fuerzas Armadas mientras éstas respeten los derechos humanos, reafirmen su subordinación y apoyo al mandato dado por el pueblo a la rama ejecutiva, mientras se cumplan los términos por los que un presidente sea legítimamente elegido, y por no más de dos mandatos consecutivos de cuatro años. No se permitirá más su desmoralización por parte del poder judicial. Se restablecería el fuero militar.
  6. La guerra fría que se vive en contra del país, el uribismo y nuestro estilo de vida debe ser contraatacada con firmeza. Ataques a bases de terroristas más allá de las fronteras, arrestos fuera del territorio de terroristas como los de Rodrigo Granda no se pueden descartar. También se debe apoyar de cualquier forma a la oposición venezolana, ecuatoriana, boliviana, nicaragüense y cubana en la lucha por sus libertades y por la democracia.
  7. Reconocimiento del desempleo como problema social más apremiante.
  8. Reconocimiento del tráfico de estupefacientes como el combustible ilegal de nuestra violencia. Se debe empezar a crear consenso para la regularización del tráfico de drogas al extranjero sin caer en el vacio de la despenalización del consumo. Colombia puede decir con autoridad moral que no sacrificará mas a sus jóvenes en esta violencia, que de otra forma sería interminable.
  9. Todo lo anterior puede hacerse bajo una reforma constitucional. Esta reforma constitucional debe darse de tal forma que no pasemos de una constitución altamente influenciada por Pablo Escobar a una influenciada con la compra de conciencias de Chávez. Una nueva constitución debe ser justa con los más necesitados en nuestra sociedad sin caer en el asistencialismo ni en el populismo, y sin volver otra vez a un estado paternalista.
  10. Ruego al lector que contribuya con otras políticas uribistas que escapen a mi análisis. De sus opiniones, acuerdos y desacuerdos emergerá una mejor definición de lo que vagamente es reconocido como el uribismo, cuya desuribizacion nos permitiría continuarlo.
Soy consciente de que éstos no son puntos que un político ventilaría abiertamente, pero yo no soy político. No puedo tolerar más que el país se desmorone ante el asedio de las influencias del chavismo, el narcotráfico, la sed de poder, la dictadura judicial y la corrupción. Para arreglar a Colombia se necesitan reformas audaces que incluso podrían poner al país en una especie de coma inducido temporal. El riesgo es alto, también lo es como van las cosas.

Estas reformas irían en contra de los intereses de la clase política que hoy se beneficia del caos en que Colombia siempre está a punto de caer. Por eso no es ingenuo que se busque relevar a Uribe con alguien que no haya sido parte de la clase dirigente o política. Santos ya nos dio una bofetada dándonos la espalda después de recibir el voto uribista, hay que darle ahora una bofetada a los políticos eligiendo a alguien que no sea títere de nadie ni de ningún partido, ni siquiera del uribismo, pero es del uribismo de donde puede salir una persona confiable. No ventilemos nombres por ahora, ni consideremos voluntarios para evitar nuevos oportunistas, mas si enumeramos las ideas y políticas de gobiernos con claridad, se definirían la expectativas de quién podría llevar a cabo esta difícil tarea. Esa persona emergerá solita entre quienes estén interesados en este tema.

Personas con poca experiencia políticas ideales en mi parecer pueden ser empresarios exitosos, científicos, economistas,  catedráticos, militares retirados que tengan un dominio confirmado y profundo de los temas colombianos. Lideres puros sin experiencia política abundan y son inmunes a las confusiones de prioridades que se hacen evidente con los enredos burocráticos de quienes han nadado entre pirañas por mucho tiempo. Estudios sobre presidentes estadounidenses indican que la experiencia politica poco influye en grandes presidencias, a quienes leen en ingles les recomiendo el siguiente articulo: A Critical Examination Of The Experience Question. La búsqueda de un líder sin experiencia no solo se apoya en ese gran articulo, también se sustenta en la gran experiencia de la hasta ahora decepcionante presidencia de Santos.

Quienes crean que la desuribizacion del uribismo en la forma que aquí describo es audaz, ingenua o poco práctica, pueden seguir siendo testigos de la desuribizacion del uribismo por parte de Santos, la justicia y el foro de Sao Pablo, que llevan al país en una dirección preocupante y diferente a la que el mandato popular esperaba.


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