María Isabel Rueda
El Tiempo, Bogotá, 01/12/2012
Es el colmo que sobre el asunto de cómo juzgar a nuestros soldados recibamos instrucciones coactivas de unos señores de ONG desde Noruega, Suecia y Suiza.
Es hora, después del atropello de La Haya, de que los colombianos dejemos de tolerar, por respeto hacia los compromisos internacionales, que se la pasen manoseándonos.
En el Congreso hay un debate público sobre el fuero penal militar. Se trata de construir equilibrios que le convengan al país, y no a la comunidad internacional. Es el colmo que sobre el asunto de cómo juzgar a nuestro soldados que se enfrentan diariamente con las Farc y el Eln recibamos instrucciones coactivas de unos señores de ONG desde Noruega, Suecia y Suiza.
Hasta se rumora que contra el proyecto hubo un intento de “asonada” de los embajadores de la Unión Europea, me dicen que bajo la comandancia del saliente embajador británico en Colombia, a buena hora frenada por alguno de los embajadores europeos que aún respetan nuestros procesos deliberativos internos.
Al Gobierno le llegó una carta que de manera exótica viene firmada por 11 relatores de la ONU protestando ante una mentira tan grande, como que en adelante el fuero militar cobijará los abusos de los cuerpos de seguridad privada que operan en el país.
Y me llama la atención que la amenaza de Vivanco coincida con ciertas presiones que congresistas colombianos (por ejemplo, el senador Juan Manuel Galán y otros) han recibido de personal diplomático de EE. UU., bajo amenazas de descertificarnos en materia de derechos humanos si no se para la reforma que tramita el Congreso.
Sincerémonos. Si la justicia penal militar que estamos a punto de aprobar en Colombia se aplicara en EE. UU., ese gobierno: 1) No podría mantener abierta la cárcel de Guantánamo. 2) Los autores de las torturas de Abu Ghraib habrían sido juzgados por jueces civiles. 3) Los soldados gringos que violaron a unas mujeres hace unos años en Villavicencio estarían pagando cárcel en Colombia y no prestando servicio militar en Irak. 4) Los soldados que dieron de baja a Bin Laden hoy no serían héroes sino condenados bajo la justicia ordinaria por cometer una ejecución en territorio extranjero. 5) El agente secreto de Obama que “tumbó” a Dania Londoño en Cartagena estaría siendo juzgado en Paloquemao por estafa. (OK: se hubieran vencido los términos, pero por lo menos habríamos amagado).
Lo que está a punto de aprobar el Congreso de Colombia es algo básico y razonable, como que en un país con conflicto interno la justicia penal militar sea la que juzgue los delitos de militares que afectan el Derecho Internacional Humanitario.
Cualquier gradualidad que haya que introducirle a ese concepto –y seguramente se requiere– es algo que compete fundamentalmente al país, a los colombianos, al Congreso de Colombia. Por lo tanto, no podemos permitir que ni en este ni en otros temas internos nos sigan manoseando. Protestemos a tiempo, como no lo hicimos en La Haya. Porque ya prácticamente nos están es ‘tarreando’.
HABÍA UNA VEZ… Dizque la única condición que el presidente Santos le pidió a Madonna fue que no cantara La isla bonita.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Únete a nuestra comunidad. Comenta, analiza y critica las noticias y debates de la Opinión Critica del Asunto. Evita incluir en tu comentario contenido vulgar, difamatorio o que no tenga que ver con el tema. la Opinión Critica se reserva el derecho de eliminar comentarios que incumplan estas normas.
Los comentarios aqui expresados, tanto en el Foro como en los videos, no resultan ser responsabilidad de la Opinión Critica, este sitio está concebido solo como medio informativo.