El seguro contra la cárcel

El seguro contra la cárcel

Junio 9th, 2011

Juan Gómez Martínez

El Colombiano, Medellín, junio 09 de 2011

Como ingeniero no entiendo muchas de las cosas que pasan en este país cuando de términos jurídicos se trata. No sé si vivimos un conflicto interno, o una guerra, o actos de terrorismo, o un problema armado, o las consecuencias del narcotráfico, o cosas de la delincuencia común o qué diablos es lo que está pasando. Lo cierto es que nos están matando, que están acabando con los pueblos, que están destruyendo la infraestructura de servicios (oleoductos, torres de energía, puentes, ambulancias, etc.), que están destruyendo viviendas, cultivos lícitos para convertirlos en ilícitos, que están acabando con el oxígeno del mundo al talar la selva tropical, que están acabando con las aguas, con la fauna y la flora, en resumidas cuentas, que están acabando con Colombia.

Cierto también que nuestra justicia, los jueces y magistrados, están dejando en libertad a los integrantes de esos grupos delincuenciales por un artículo, por un parágrafo, por un inciso o por cualquier esguince que encuentran. Mientras tanto, están condenando a penas vitalicias (por los años que tienen nuestros militares) a quienes están luchando por recobrar la paz para todos los colombianos, incluyendo a jueces y magistrados, como ocurrió con los hechos del Palacio de Justicia. Plazas Vega, Arias Cabrales, pagan altas condenas por defendernos de esos grupos, mientras los atacantes gozan de plena libertad y de las prebendas que brinda la democracia. El Almirante Arango Bacci estuvo recluido varios años por huellas falsas y testimonios de bandidos igualmente falsos. Pero los jueces y magistrados tienen en cuenta estos testimonios y les dan más importancia que al cumplimiento del deber de nuestras Fuerzas Armadas.

Según informaciones de hace meses, las Fuerzas Militares tenían a boca de jarro a Alfonso Cano y se libró de la captura, tal vez, gracias la rayita de Piedad Córdoba. Y esta sigue tan campante gracias a nuestra justicia. Capturan al periodista que tantos males les ha causado a Colombia y a todos los colombianos, y ahora goza de la libertad que le dan los jueces gracias al inciso o al parágrafo.

Esto que nos está pasando se debe, en buena parte, al entusiasmo con que los jueces y magistrados recibieron las declaraciones de un expresidente de la Corte Suprema de Justicia (de cuyo nombre no me acuerdo ni quisiera acordarme), en el sentido de que este sería el siglo de los jueces. Afortunadamente sigo creyendo en la verdad de los refranes: "no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista".

Si algo hay cierto en el siglo XXI, es el tema de la informática, de los computadores, de sus archivos casi que inmodificables y la capacidad de detectar cualquier modificación que se logre hacer en ellos. Nada más creíble que un informe de organismos internacionales como la Interpol, donde hay control de todos los países del mundo, pero, para nuestra justicia, tienen más credibilidad los subversivos, los asesinos, los narcotraficantes, los testigos que no estuvieron en el lugar y que se cambian de apellido. Resulta que el contenido de los computadores de Raúl Reyes , la joya de la corona, a la justicia colombiana no le sirve. En cambio, en otros países, han sido elementos fundamentales para sus fallos.

Pero qué podemos hacer con una justicia que figura en los últimos lugares en las encuestas que hacen los expertos en estos temas. Es una justicia que por sus actos no merece la credibilidad del pueblo colombiano.

Para cualquier país del mundo esta situación sería de absoluta vergüenza. Pueda ser que con la reforma que se plantea, tengamos una justicia justa, oportuna y veraz.

Con todo lo que ha pasado en Colombia, no tengo ninguna duda de que para librarse de la cárcel lo mejor es figurar en los computadores de alias Raúl Reyes.

JUSTICIA