martes, 14 de junio de 2011

¿Y ahora qué?

¿Y ahora qué?


Por Erika Salamanca

El 2 de octubre de 2009, los ex alcaldes de Bogotá, Antanas Mockus, Luis Eduardo Garzón y Enrique Peñalosa, tomaron oficialmente las banderas del Partido Verde. Posteriormente, y luego de varios coqueteos, los verdes hicieron alianza con Sergio Fajardo, quien renunció a ser candidato por su movimiento Compromiso Ciudadano para volverse fórmula vicepresidencial del candidato Antanas Mockus. Aunque pocos lo recuerden, también hizo parte del movimiento, aunque por un corto periodo de tiempo, la ex senadora y ex ministra, Marta Lucía Ramírez, quien decidió retirarse para participar en la consulta interna del Partido Conservador como candidata a la Presidencia de Colombia.

Con la fórmula Mockus-Fajardo, el Partido Verde logró 3,588.819 votos, equivalentes al 27,5% de los totales obtenidos en la segunda vuelta presidencial; votación que fue importante, pero que no le alcanzó a Mockus para llegar a la Casa de Nariño. Sin embargo, con ellos, sentaron el apoyo político de sus electores y comenzaron con pie derecho la incursión de un nuevo Partido que prometía una forma diferente de hacer política.

Hoy, la "Ola Verde" que pareció ser una marea en las presidenciales, no es la misma historia. El líder que hizo cantar arengas a millones, abandonó el partido porque no estuvo de acuerdo con el consenso al que llegaron las directivas para aceptar el apoyo del Partido de la U y específicamente, del presidente Álvaro Uribe a la campaña por la Alcaldía de Bogotá de Enrique Peñalosa. Hoy, Antanas Mockus se autodenomina, sin decirlo, el único dueño de la moral, valor que para el profesor ni siquiera tienen sus ex compañeros de causa Garzón, Peñalosa o Fajardo.

Para quien promulgó hasta el cansancio el famoso "no todo vale" queda claro que, no todo vale siempre y cuando no interfiera con sus propios intereses. Queda claro, que la recuperación de Bogotá y la lucha por garantizar que un buen alcalde llegue a la ciudad, no supera el interés particular del profesor Mockus. Es evidente, que Antanas tampoco sabe de lealtades, ha demostrado que su ego puede más que las virtudes, que puede más que el afecto y el compromiso con sus compañeros, electores y "amigos". Finalmente, nos queda claro también que el todo vale también lo aplica cuando no le gustan las normas, pero como dijo Enrique Peñalosa hace algunos días en una entrevista radial: "Uno no puede decir que participa de una democracia si sólo cumple cuando las decisiones le gustan a uno" y eso es lo que ha hecho Mockus.

Ya no hay nada que hacer, esta vez no creo que escuchemos declaraciones como: "ayer renuncié pero ya no"; el Partido Verde quedó cojo, y aunque no soy militante de ese movimiento, realmente siento que le hace daño a la democracia acabar con lo que pudo haber sido una fuerza política sólida que representara a los colombianos que se sentían identificados con sus ideas. Se fue Mockus, y con él es posible que muchos de sus seguidores. Quizás esto ponga en riesgo el triunfo de Peñalosa. Hoy, sin Antanas, el camino de Enrique parece más difícil, algunos ciudadados partidarios de la Ola Verde dicen que no votarán por Peñalosa y lo mismo dicen algunos uribistas, entonces quién está perdiendo? Peñalosa? No, yo creo que está perdiendo Bogotá.

Me motiva entonces invitar a los bogotanos a dejar a un lado las diferencias políticas, ahora es importante que todos nos unamos para recuperar la ciudad, no se puede botar el voto por odios o por simple indiferencia. Si no actuamos pensando en los intereses de la ciudad, los perjudicados seremos todos. Por eso, como bogotana, les digo a los militantes del Partido Verde, escuchen la propuesta de Peñalosa y no vayan como los borregos detrás de alguien que claramente se equivocó en dejarlos solos. Si ustedes no apoyan a Peñalosa, estarán dando la estocada final al movimiento por el que aparentemente lo daban todo. A los uribistas, que aún dudan si darle el voto a Peñalosa es conveniente o no, les digo, tomen como ejemplo lo que hace el propio presidente Uribe, aunque Peñalosa reconoce las grandes virtudes y buen gobierno durante su presidencia, también ha sido contradictor de algunas iniciativas uribistas, por ejemplo, de la segunda reelección, y sin embargo, no por ello el presidente Uribe no reconoce las virtudes y cualidades de Enrique, no por eso, deja de desconocer la buena gestión que realizaría en la Alcaldía. Es simple, Uribe se desprende de cualquier interés personal o partidista, para garantizar el bienestar de los bogotanos. Entonces ¿por qué nosotros no hacer lo mismo?

La decisión de Mockus abre las posibilidades de conseguir la Alcaldía a otros candidatos. Es evidente que con el actual panorama, la balanza pueda estar inclinándose hacia Gustavo Petro o Gina Parody, pues en el evento en el que Mockus no se presente como candidato o decida apoyar a su esposa a una eventual candidatura por recolección de firmas, se unirá al candidato progresista o a la candidata independiente.

Lo grave de todo este asunto es que percibimos una candidatura pasiva por parte de Peñalosa. Ha sido notorio que no mantiene un diálogo fluido con la gente. Por ejemplo, no aprovecha al máximo las herramientas que hoy la tecnología pone en sus manos. El uso y buen manejo de las redes sociales es clave, lo demostró Barack Obama en su candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos, él logró llegar a la gente a través de su página de Facebook, interactuaba con los electores, se ganó la confianza de ellos a tal punto que los motivó para que cualquier ciudadano, sin importar su condición económica, donara dineros a su campaña. Hoy, no sólo existe Facebook, está Twitter, una red social que permite aún más la interacción entre comunidades cibernéticas. Escribirle a la gente y responderle, es muestra del interés de un político por sus electores. Hoy, el candidato que saca mayor provecho a estas tecnologías es Gustavo Petro, quien utiliza su cuenta de Twitter para escribir y contestar mensajes no sólo de sus seguidores sino de sus contradictores, es abierto al debate y esto gusta y atrae a la gente.

Desafortunadamente y con relación a este punto, Peñalosa no ha entendido que a los ciudadanos nos gusta ser escuchados, y que la interacción con nuestros líderes políticos es importante. Todos sabemos lo buen gerente y excelente alcalde que fue y que volvería a ser, pero si no cambia su estrategia con el electorado, se repetirá la historia de su última candidatura en la que la izquierda en cabeza de Samuel Moreno se llevó el triunfo de Bogotá. Dr. Peñalosa, las alianzas que verdaderamente perduran son las que se hacen con la gente, por favor dele un giro a su campaña.

Atrabilioso

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