Para que las autoridades de la policía científica pudieran retirar los cuerpos de los fallecidos tuvieron que esperar a que la calma regresara al penal, y los internos colocaran a los fallecidos en "La Fosa": la zona donde suelen tirar la basura, que está en una sector donde no hay reclusos y hay acceso libre.
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Madres, hermanas y esposas de los internos no se fueron del penal hasta no conocer la lista de heridos y muertos (Fernando Sánchez)
MARÍA ISOLIETT IGLESIAS | EL UNIVERSAL
martes 14 de junio de 2011 12:00 AM
Las detonaciones se repetían en ráfagas y no daban tregua para el silencio. Gritos. luego: ¡Pam!, ¡Pam!, ¡Pam!... Eso fue lo único que se oyó desde las cuatro y media de la tarde hasta las seis y media, aproximadamente, cuando unos 600 internos armados se enfrentaron a tiros, el domingo, en el Rodeo I. Después, desde las 9 de la noche hasta las 10, de nuevo la balacera cerrada.
El saldo del enfrentamiento fue de 19 reclusos muertos (18 en el sitio y uno que falleció luego en un hospital) y de 22 heridos. Es la masacre carcelaria con mayor número de caídos en los últimos 12 años, explicó Carlos Nieto Palma, director de Una Ventana a la Libertad.
Los mismos internos calculan que en ese enfrentamiento se gastaron, aproximadamente, unas tres mil balas (tres bultos a un costo de ocho mil bolívares cada uno, aparentemente). Las armas que usaron, explicó un reo que prefirió no ser identificado, fueron pistolas nueve milímetros (marcas Beretta y Glock), y un R-15. Las ráfagas se disparaban desde las mismas pistolas automáticas, que según indicaron, están adaptadas con un selector de tiro, que es un mecanismo para lograr que los proyectiles salgan al mismo tiempo. Las autoridades del penal no dieron alguna versión oficial al respecto, pues no saben cuántas armas tienen los reos intramuros y mucho menos, cuántos proyectiles.
Para que las autoridades de la policía científica pudieran retirar los cuerpos de los fallecidos tuvieron que esperar a que la calma regresara al penal, y los internos colocaran a los fallecidos en "La Fosa": la zona donde suelen tirar la basura, que está en una sector donde no hay reclusos y hay acceso libre. Nueve reclusos fueron llevados hasta la morgue de Bello Monte y diez a la de Los Teques, en Miranda.
A buena parte de los heridos los dejaron salir y fueron los militares los que los trasladaron hasta el Seguro Social de Guarenas, al Hospital de Guatire y al Domingo Luciani de El Llanito.
La lista completa de muertos y heridos, hasta el cierre de esta edición, no había sido ofrecida por las autoridades del penal; y a las cinco de la tarde de este lunes, los familiares cerraron la vía de acceso hacia la cárcel exigiendo información, pues ya habían transcurrido 24 horas de los hechos.
El inicio del problema
Los pabellones involucrados fueron, según se pudo conocer, el Anexo A y La Torre. El hecho ocurrió de la siguiente manera: Cerca de las 3 de la tarde, indicó un interno, un joven que llegó a visitar a los amigos que había hecho cuando estuvo preso en El Rodeo I pidió un arma en el Anexo.
Cuando se la prestaron, se fue hasta La Torre. "No sabemos si se fue a fanfarronear o a cobrar una deuda. Lo cierto es que cuando llegó lo mataron. Le dispararon con un R-15", contó la fuente consultada.
"Mechita", el líder del Anexo, al enterarse, se fue hasta La Torre para reclamar. Allí le dispararon en el estómago. Unos nueve jóvenes evangélicos se movieron a socorrerlo y un joven apodado "Ronito" salió y les disparó a los nueve. Allí comenzó el enfrentamiento.
La visita salía por el edificio del Anexo, que resulta ser un embudo: "Hay que entrar y salir y por ese edificio", dijo un familiar que no quiso identificarse. Por eso, en medio del tiroteo, un grupo de entre 40 y 50 personas que había llegado a visitar a sus familiares presos, se quedó en el penal hasta las 2:30 de la tarde de este lunes, cuando pudieron salir y la situación adentro se normalizó, pues autoridades de la Dirección de Servicios Penitenciarios entraron a conversar y negociar con los internos. La demanda de los privados de libertad y sus familiares es que no haya retaliaciones ni traslados masivos.
Protestas y desesperación
Desde la noche del domingo hasta pasadas las seis de la tarde de este lunes, un grupo de mujeres se mantuvo en El Rodeo I. No tenían información oficial de lo ocurrido.
A eso de las 10:30 am, a botellazos y golpes sacaron un autobús del Cicpc que llegaba al centro penitenciario. Sin información, ellas aseguraban que era para un traslado.
A cada carro que llegaba, los familiares les obligaban a bajar los vidrios para saber quién entraba al penal. Y a las 5:30 pm trancaron la avenida frente al retén exigiendo información.
El saldo del enfrentamiento fue de 19 reclusos muertos (18 en el sitio y uno que falleció luego en un hospital) y de 22 heridos. Es la masacre carcelaria con mayor número de caídos en los últimos 12 años, explicó Carlos Nieto Palma, director de Una Ventana a la Libertad.
Los mismos internos calculan que en ese enfrentamiento se gastaron, aproximadamente, unas tres mil balas (tres bultos a un costo de ocho mil bolívares cada uno, aparentemente). Las armas que usaron, explicó un reo que prefirió no ser identificado, fueron pistolas nueve milímetros (marcas Beretta y Glock), y un R-15. Las ráfagas se disparaban desde las mismas pistolas automáticas, que según indicaron, están adaptadas con un selector de tiro, que es un mecanismo para lograr que los proyectiles salgan al mismo tiempo. Las autoridades del penal no dieron alguna versión oficial al respecto, pues no saben cuántas armas tienen los reos intramuros y mucho menos, cuántos proyectiles.
Para que las autoridades de la policía científica pudieran retirar los cuerpos de los fallecidos tuvieron que esperar a que la calma regresara al penal, y los internos colocaran a los fallecidos en "La Fosa": la zona donde suelen tirar la basura, que está en una sector donde no hay reclusos y hay acceso libre. Nueve reclusos fueron llevados hasta la morgue de Bello Monte y diez a la de Los Teques, en Miranda.
A buena parte de los heridos los dejaron salir y fueron los militares los que los trasladaron hasta el Seguro Social de Guarenas, al Hospital de Guatire y al Domingo Luciani de El Llanito.
La lista completa de muertos y heridos, hasta el cierre de esta edición, no había sido ofrecida por las autoridades del penal; y a las cinco de la tarde de este lunes, los familiares cerraron la vía de acceso hacia la cárcel exigiendo información, pues ya habían transcurrido 24 horas de los hechos.
El inicio del problema
Los pabellones involucrados fueron, según se pudo conocer, el Anexo A y La Torre. El hecho ocurrió de la siguiente manera: Cerca de las 3 de la tarde, indicó un interno, un joven que llegó a visitar a los amigos que había hecho cuando estuvo preso en El Rodeo I pidió un arma en el Anexo.
Cuando se la prestaron, se fue hasta La Torre. "No sabemos si se fue a fanfarronear o a cobrar una deuda. Lo cierto es que cuando llegó lo mataron. Le dispararon con un R-15", contó la fuente consultada.
"Mechita", el líder del Anexo, al enterarse, se fue hasta La Torre para reclamar. Allí le dispararon en el estómago. Unos nueve jóvenes evangélicos se movieron a socorrerlo y un joven apodado "Ronito" salió y les disparó a los nueve. Allí comenzó el enfrentamiento.
La visita salía por el edificio del Anexo, que resulta ser un embudo: "Hay que entrar y salir y por ese edificio", dijo un familiar que no quiso identificarse. Por eso, en medio del tiroteo, un grupo de entre 40 y 50 personas que había llegado a visitar a sus familiares presos, se quedó en el penal hasta las 2:30 de la tarde de este lunes, cuando pudieron salir y la situación adentro se normalizó, pues autoridades de la Dirección de Servicios Penitenciarios entraron a conversar y negociar con los internos. La demanda de los privados de libertad y sus familiares es que no haya retaliaciones ni traslados masivos.
Protestas y desesperación
Desde la noche del domingo hasta pasadas las seis de la tarde de este lunes, un grupo de mujeres se mantuvo en El Rodeo I. No tenían información oficial de lo ocurrido.
A eso de las 10:30 am, a botellazos y golpes sacaron un autobús del Cicpc que llegaba al centro penitenciario. Sin información, ellas aseguraban que era para un traslado.
A cada carro que llegaba, los familiares les obligaban a bajar los vidrios para saber quién entraba al penal. Y a las 5:30 pm trancaron la avenida frente al retén exigiendo información.
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