¿A qué tanto escándalo?
Autor: Tomás Castrillón Oberndorfer
10 de Agosto de 2011
Para el Pequeño Larousse, Escándalo significa: Alboroto, ruido grande. Basado en tal significado es el presente escrito. Nuestra historia está plena de acontecimientos nefastos, desgraciados, tristemente célebres y así por el estilo.
Para el Pequeño Larousse, Escándalo significa: Alboroto, ruido grande. Basado en tal significado es el presente escrito.
Nuestra historia está plena de acontecimientos nefastos, desgraciados, tristemente célebres y así por el estilo. En materia de asesinatos de prohombres, basta recordar la larga lista que va desde el Gran Mariscal de Ayacucho hasta Álvaro Gómez Hurtado.
En cuanto a ejecutorias absolutamente vergonzosas, hay que empezar por la Gesta de la Independencia, porque se dijo que en aquella ocasión hubo manejos cuestionables de algunos dineros, luego la vergonzosa conspiración septembrina, y recorriendo la Historia Patria, en tiempos más recientes, se presentó el trato dado al M-19, el proceso 8000, la Constitución del 91, y tantos otros hechos que dan grima. Y nunca hubo “tanto escándalo”.
Entonces cabe preguntar: ¿Por qué en tiempos más recientes se ha formado “tanto escándalo” cuyo objetivo principal parece ser el desatar una persecución, de índole macartista, contra todo lo que tiene que ver con el ex presidente Uribe?
La respuesta parece estar en que se conformó, con tal intención, una verdadera mafia constituida, entre otros, por la “gavilla mediática”, los colectivos de abogados y las organizaciones no gratas (ONG), carentes de toda sindéresis.
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| Dario Arizmendy desde Caracol, es el mayor SICARIO DE LA MORAL EN COLOMBIA, |
Se ha dicho que el poderío del narcotráfico es tal que ha permeado todos los estamentos de la sociedad. Hay que reconocer, porque los hechos, que son tozudos, así lo demuestran, que la mafia anti uribista ha llegado a permear los altos tribunales.
La corrupción de algunas entidades estatales merece mayor análisis. Debe recordarse la famosa frase atribuida a lord Acton: “El poder absoluto corrompe absolutamente”, y entonces sucede que cuando dentro del mismo Estado se incrustan organizaciones superpoderosas, que no dependen de nadie, como fue el caso del FBI de Hoover, es absolutamente cierto que, como diría Marañas: “La ocasión hace al ladrón”, y se llega a tener casos como los recientemente denunciados en el Estado colombiano.
Resumiendo: Si algo merece el repudio de la comunidad es la politización y la falta de ecuanimidad de la mafia anti uribista y de algunos investigadores, jueces y magistrados, hechos sobre los cuales, dicha mafia, guarda un silencio cómplice y es necesario entonces que la ciudadanía “arme” un verdadero escándalo de protesta.
Basta recordar la forma como fue elegida la actual Fiscal General, el hecho de no desarrollar los procesos de la Farcpolítica, y otras circunstancias aciagas como la manipulación de testimonios y testigos por parte de la Fiscalía, que aparentemente no se ha dado cuenta de “la viga que tiene en su ojo”, el abuso del verbo inferir y la pérdida de imparcialidad y ecuanimidad de muchos jueces.
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