lunes, 8 de agosto de 2011

Reelección presidencial de Santos

Reelección presidencial de Santos
Por Jaime Castro Ramírez


Antecedentes

En las Constituciones de los países democráticos en que existe la reelección presidencial se autoriza el uso de esta figura para hacerle un reconocimiento honorífico por parte de la ciudadanía a quienes se destacan por gobernar exitosamente, y empezando por responderle con lealtad a sus electores cumpliéndoles las promesas hechas para lograr el apoyo en las urnas. 


Por lo menos desde el punto de vista filosófico-político es este el sentido por el cual se instituye la reelección.

Jaime Castro Ramirez

En Colombia existe la autorización constitucional para la reelección presidencial por un solo periodo de cuatro años de gobierno, el cual puede ser inmediato, es decir, que el presidente en ejercicio puede hacerse reelegir para el periodo inmediatamente siguiente al que está gobernando, o aspirar a reelegirse para un periodo posterior.

Caso Santos

Alguien desprevenidamente diría que todavía es muy prematuro para empezar a hablar de la reelección de Santos. Sin embargo, los acontecimientos políticos hay que preverlos con anticipación. Como diría José Ortega y Gasset: “Hay que decir la cosas a tiempo, antes que sea demasiado tarde”. Se puede afirmar con certeza que no es prematuro hablar del tema, pues es procedente poner sobre la mesa los siguientes argumentos:

  1. Con seguridad que Santos está pensando en hacerse reelegir.
  2. Ya lleva un año en el poder.
  3. Dentro de dos años, o incluso menos, ya se estará hablando de candidaturas presidenciales.

Los antecedentes de Santos en el tiempo que ha transcurrido como gobernante dicen que el pueblo colombiano no puede volverse a equivocar permitiéndole la licencia de ser reelegido. Y no puede ser reelegido por las siguientes razones:

1. Equivocarse es de humanos, y aunque actuando de buena fe, el presidente Uribe cometió el error de hacerle el guiño y heredarle el poder a quien de entrada incumplió las promesas de campaña que consistieron en que continuaría el legado de su antecesor (por eso lo eligieron los colombianos), pero resulta que cuando llegó al poder, de inmediato empezó a hacer lo contrario, es decir, engañar a nueve millones de colombianos “uribistas” que votaron por él. Y aquí incurrió en un despropósito muy grave porque significa nada menos que atentar contra la voluntad ciudadana.

Hay que hacer claridad en que Santos, como se dice en el argot popular, “podía gobernar con la suya”, pero esto si hubiera sido elegido con su propio ideario político y programático; pero ocurre que se comprometió con el pueblo a gobernar continuando las políticas de Uribe. Bueno, él mismo entendió que con lo suyo (que era nada) no podía ser presidente.

2. No cumplió, pero a cambio asumió como banderas de su gobierno dos temas que no mencionó a los colombianos en la campaña, y que van a arruinar al país, pues pueden valer fácilmente más de ¡cien billones de pesos! que no hay posibilidad de financiar y por lo tanto engañará también a las víctimas. Ahí empezó el engaño soterrado, pues no mencionó dichos temas simplemente porque Uribe no los compartía y entonces la trama para conseguir los votos uribistas no le funcionaría. Son los siguientes:

-En primer lugar la ley de víctimas, que se la inventó el partido liberal como su último salvavidas político después de entrar en vía de extinción, y que el presidente Uribe durante su mandato, y en un acto de sensatez, había hecho hundir en el Congreso de la República por inconveniente, pues el Estado no puede hacerse responsable de los crímenes y fechorías de los bandidos, y por la imposibilidad de poder financiar semejante monstruo económico.

-En segundo lugar la ley de tierras, que infortunadamente traerá violencia contra los campesinos que reclamen sus propiedades.

3. Para entender cómo Santos le incumplió a sus electores la promesa de continuar las políticas uribistas no es sino observar los siguientes hechos:

a)- Abrazos muy efusivos con quien injurió con las peores ofensas e irrespetos al presidente Uribe, y por sentido patrio, al pueblo colombiano que defiende la Institución Presidencial. Pero incluso Santos fue más allá y lo llamó “el nuevo mejor amigo” (a Hugo Chávez).

b)- No se volvió a hablar de los campamentos ni de los jefes de las FARC asentados en Venezuela y denunciados por el embajador colombiano en la OEA, Luis Alfonso Hoyos, lo cual es grave porque ante el silencio del presidente Juan Manuel Santos, terminaría por entenderse que el gobierno del presidente Uribe mintió al hacer estas denuncias, aunque fueron presentadas las pruebas, pero es que esta verdad no se menciona porque no le gusta al “nuevo mejor amigo”.

c)- No se volvió a hablar del acuerdo que el gobierno del presidente Uribe logró con el gobierno de los Estados Unidos en cuanto a la tecnología de punta que este último aportaba a las bases militares colombianas para actuar en contra del terrorismo, el tráfico de armas, y el narcotráfico; además de que serviría para persuadir al dictador venezolano de no ir a intentar agredir a Colombia poniendo a prueba su delirio armamentístico, que a propósito es lo que tiene en mente este déspota, y para lo cual adquirió todo ese arsenal, y no se habla de cumplir la exigencia de la Corte Constitucional de llevar este proyecto al Congreso de la República para su aprobación, pues esto también incomoda al “nuevo mejor amigo”. ¿Qué tal esta afrenta de Santos hacia los colombianos aceptando que en Colombia se haga lo que le gusta a Chávez?

d)- La seguridad democrática que instituyó el presidente Uribe fue reemplazada por el apaciguamiento y como consecuencia se observa creciente inseguridad a nivel nacional. Si no hay seguridad, nada funciona adecuadamente en el país, por consiguiente, no se requieren más argumentos para prever el futuro de nuestra patria.

e)- Se observa también debilidad en las decisiones presidenciales, y por este camino se ha empezado a fortalecer nuevamente el terrorismo.

f)- Respecto a la debilidad en la toma de decisiones presidenciales, es pertinente mencionar el siguiente ejemplo: El Procurador General de la Nación sancionó a Piedad Córdoba con destitución e inhabilitación para ejercer cargos públicos por su relación con las FARC, lo que de inmediato trajo como reacción de este grupo armado proponer como “acto de desagravio” a la señora Córdoba (así lo dijeron), y por supuesto de reivindicación política para ella, dejar en libertad a cinco secuestrados con la condición que solo serían entregados a su amiga, si el gobierno la autorizaba para tal misión. Pues Santos no tuvo inconveniente en ceder ante esta exigencia, sin detenerse a analizar la trascendencia de tal decisión respecto a lo insólito del “acto de desagravio”, frente a la decisión del Procurador. ¿En qué queda entonces la autoridad constitucional otorgada a la Procuraduría General de la Nación para actuar, si esa autoridad no se hace respetar por el mismo presidente de la República?

A esto hay que agregar que las FARC se burlaron del gobierno, pues convinieron unos mecanismos para las liberaciones de los secuestrados que luego no cumplieron: exigieron despeje de la fuerza pública en unas amplias zonas del país y en diferentes sitios (Caquetá, Meta y Tolima), pues impusieron la condición de entregar unas personas en cada sitio. Además la exigencia incluía un tiempo de 36 horas de despeje en cada zona. Pero no contentos con todas estas concesiones hechas por el presidente Santos, entregaron unas coordenadas donde liberarían a dos de los secuestrados en el departamento del Tolima, pero cuál sería la sorpresa cuando al llegar el helicóptero al sitio, en tales coordenadas no estaban los secuestrados. Esto trajo implícita otra exigencia adicional que consistió en que ya no era en el departamento del Tolima donde liberarían a los secuestrados sino en el departamento del Cauca y que para eso exigían otras 36 horas de despeje militar en la nueva zona elegida. Esta nueva exigencia también fue concedida por Santos.

Pero en medio de toda esta estratagema montada por las FARC, quedó en evidencia algo muy grave, y es que mientras liberaban a unos secuestrados, simultáneamente secuestraron a otras personas en el departamento del Cauca. Ante este adefesio burlesco de las FARC, el presidente Santos solo atinó a decir en la televisión: “Yo estuve tentado a suspender este proceso porque es inaceptable que las FARC por un lado estén liberando secuestrados, y por otro lado secuestrando compatriotas”. Para concluir en que no hizo nada. Esta no puede ser una frase de un presidente de la República en situaciones tan delicadas como esta. Hubiese sido preferible el silencio, pues esta expresión solo significa indecisión en los temas de Estado, y un presidente de la República no puede transmitirle a la sociedad que representa, tal mensaje de falta de autoridad.

Lo que queda de toda esta farsa de las FARC es que le midieron el pulso al presidente de la República, y ahora saben cuántas palpitaciones de autoridad tiene para gobernar… Además, se dijo que las FARC utilizaron todo ese tiempo y el despeje militar para trasladar a “Alfonso Cano” a otra región ya que se encontraba cercado por la fuerza pública, también para mover narcotráfico y para entrar armas.

Entonces habría que concluir diciendo que aunque Santos afirmó que “con las FARC no se haría nada a cualquier precio”, pues aquí se demostró que se hizo lo que quisieron las FARC y a un precio muy alto…

g)- Un último argumento que muestra cómo Santos tan pronto llegó al poder le dio la espalda a Uribe, consiste en que ante la andanada de acusaciones mal intencionadas de quienes atacan al ex-presidente, no se le oye la voz a Juan Manuel Santos para respaldarlo (aunque él hizo parte del gobierno Uribe que critican). Por el contrario, en una entrevista que le hizo en Londres el periodista Stephen Sackur de la BBC, en Enero de 2011, Santos respondió que si era necesario que la justicia investigara al ex presidente Uribe, que él no se opondría, lo cual significa que estaría de acuerdo con esa clase de acusaciones.

Sin embargo, es bueno recordar que cuando Santos era ministro de defensa y le abrieron una investigación en Ecuador, la cual llegó hasta la expedición de una orden de captura en su contra por los hechos en que fue dado de baja “Raúl Reyes”, el entonces presidente Uribe lo defendió públicamente en forma muy decidida y en diferentes ocasiones y escenarios. No se nota entonces la reciprocidad en términos de lealtad, o ¿por qué no decirlo? en términos de gratitud.

-Ojalá que Santos corrija el rumbo en la misión de gobernar, todavía está a tiempo. Aunque por ahí se dice que “el que es no deja de ser”. Lo cierto es que el pueblo colombiano está sintiendo el desengaño y extrañando el buen gobierno…
Para finalizar, y hablando de promesas incumplidas, habría que agregar que Santos prometió en la campaña a la presidencia no crear más impuestos ni aumentar tarifas, y esta promesa tampoco la cumplió (el 29 de diciembre de 2010 aumentó el impuesto de patrimonio y con nuevas tarifas). Más aún, en esa campaña fustigó a otro candidato porque éste fue sincero y habló de que para cumplir la misión social a cargo del Estado, las finanzas públicas necesitaban fortalecerse a través de la parte impositiva.

¿Buenas razones para no reelegirlo?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Únete a nuestra comunidad. Comenta, analiza y critica las noticias y debates de la Opinión Critica del Asunto. Evita incluir en tu comentario contenido vulgar, difamatorio o que no tenga que ver con el tema. la Opinión Critica se reserva el derecho de eliminar comentarios que incumplan estas normas.

Los comentarios aqui expresados, tanto en el Foro como en los videos, no resultan ser responsabilidad de la Opinión Critica, este sitio está concebido solo como medio informativo.